Cientos de estudiosos de la psiquis humana se han preguntado y establecido hipótesis de cómo se forma nuestra personalidad, en este articulo quiero presentarles mis opiniones sobre el tema, enmarcadas desde el enfoque de la psicolingüística.

Considero importante mencionarles el origen del vocablo persona cuya etimología viene de las máscaras que utilizaban los griegos en sus obras de teatro, transpolando a nuestro motivo de estudio la personalidad, es la imagen con la que nos presentamos a los demás, que tiene características únicas e irrepetibles, formadas conjunto de estilos de pensar, sentir y actuar que nos permiten relacionarnos con nosotros mismos y con los demás.

Luego de décadas de estudios e infinidad de teorías sobre la formación de la personalidad una de las que ha tenido mayor aceptación es la sumatoria de dos mecanismos principales:

Experiencia Directa + Aprendizaje Observacional

Desde muy pequeños vamos probando diferentes acciones a través del ensayo y error, esto nos permite aprender que cosas nos resultan agradables o no, por lo que la experiencia directa nos estimula a alcanzar aquellas cosas que nos gustan y a evitar aquellas que no; mientras que el aprendizaje observacional nos enseña a través de las consecuencias positivas o negativas de las acciones que identificamos en terceros, es decir, si en nuestra infancia observamos que alguien sufre una lesión por lanzarse sin protección desde un sitio elevado probablemente nosotros nunca lo haremos.

Es innegable el impacto que tienen estos mecanismos en la formación de nuestra personalidad, pero para otras corrientes de pensamiento existen factores adicionales que inciden significativamente, para Nelson Torres padre de la Psicolingüística en Latinoamérica, existen dos arquetipos que aportan una carga de características medulares a nuestra personalidad, estos son los arquetipos del Padre y la Madre. Como se observa en la Ilustración, la Madre aporta a la personalidad del hijo sus características de Protección, Defensa y Solidaridad, y es el trabajo del Padre aportar sus características de Confianza, Seguridad y Autoridad.

Este conocimiento debe llevarnos a la reflexión sobre lo importante del Rol del Padre y de la Madre en el desarrollo sano de la personalidad de nuestros hijos; en nuestros países de América es común encontrar familias Monoparentales en su mayoría matriarcales, donde se intenta asumir el Rol faltante para cubrir las carencias en los hijos, se escucha con frecuencia la frase “Yo he sido Madre y Padre para ti”, pero este tipo de afirmaciones y acciones no pasan de ser una mera buena intensión que se aleja mucho de la realidad, pues si bien la figura presente puede ejercer algunas de las características de la figura faltante, la de los arquetipos que forman la personalidad, NO son negociables ni intercambiables.

Cuando hay una figura faltante el Padre que queda debe ejercer el Rol que por naturaleza le toca y en lo posible tratar de asignar el Rol faltante a algún pariente y porque no amigo, por ejemplo, si es el Padre la figura faltante su Rol podría ser ejercido por algún abuelo, tío o hermano mayor; pues para este investigador cuando el padre que queda intenta adquirir el Rol del ausente su hijo carece de ambos roles.

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Si nos fijamos con detalle podemos observar que las características que aportan los arquetipos del Padre y la Madre no son compatibles es por ello que aprendemos cada una de esas características de un Arquetipo distinto, pues resulta incongruente por ejemplo que una Madre en cuyo Rol a enseñar sea la Solidaridad ejerza simultáneamente Autoridad o bien un Papá que le brinde Confianza a su hijo y a la vez lo Defienda, para explicar un poco más esta dinámica voy a compartir un ejemplo práctico:

Cuando somos niños normalmente acudimos a nuestra Madre para contarle nuestros proyectos y buscar su Solidaridad para gestionar la autorización de nuestro Padre pues presumimos que él no ha de aprobarlo, ya que él tiene la Autoridad.

Tratemos de imaginar que una sola figura asumiera ambos arquetipos, solo un padre con trastorno disociativo de la personalidad (antes personalidad múltiple) pudiera afrontar este trabajo; es por ello que cuando el Padre que queda trata de asumir ambos roles está perdiendo su doble esfuerzo.

Cada Rol es importantísimo, en el caso del Rol del Padre que es el que usualmente se encuentra faltante en nuestras sociedades, es relevante que ubiquemos una persona que cumpla este Rol, pues si recordamos que del arquetipo del Padre aprendemos Confianza, Seguridad y Autoridad, y que a su vez estas tres son los componentes del Éxito, no existirá proyecto imposible de alcanzar para una persona que lo asuma con la pasión que brinda la Confianza, Seguridad y la Autoridad.